Ale Herrera es todo un conocedor del filme que la generación de los 80’ difícilmente olvidará: “#Ghostbusters”.

Pero su gusto por la cinta norteamericana estrenada en 1984 ha alcanzado otro nivel: logró que familia -esposa y dos hijos- así como varios amigos, se juntarán para confirmar el grupo de Cazafantasmas de Yucatán.
Su misión no es atrapar fantasmas con la trampa que recrearon a la perfección, sino visitar a quienes necesitan ayuda, una comida caliente o simplemente una dosis de memoria y recuerdo infantil.







Su esposa, hijos y amigos le han apoyado desde hace casi una década en su afición de coleccionista y poco a poco ha logrado hacerse de todo el equipo necesario para caracterizar fielmente a los Cazafantasmas.
Juntos tienen un propósito: llevar nostalgia y alegría tanto a hospitales como a fiestas si es que son contratados; a niños y a grandes; a propios y extraños. A todos por igual.
A donde les llamen estos mexicanos altruistas llegan a bordo de su Ecto-1 (el legendario auto de los Ghostbusters que también lograron recrearon con singular dedicación) y entonces, comienza la aventura.

Su labor social es digna de aplaudir pues no sólo regalan comida y alegría a quienes más lo necesitan, sino que dan testimonio de que RECORDAR ES SIMPLEMENTE… VOLVER A VIVIR!
Ellos son: Los “Cazafatasmas de Yucatán”…








