Pasajeros de Aguascalientes fueron víctimas de la violencia que se vive en Zacatecas; a su regreso de Mazatlán, en el inevitable paso por el Estado vecino, fueron bajados de la unidad en que viajaba.
Tras ser atrapados por el infierno zacatecano, los golpearon y les quitaron sus pertenencias.
Las familias regresaban a casa luego de pasar unos días en el Puerto, pero al llegar a Zacatecas no se salvaron de los bloqueos incendios y violencia que se vive en esa zona.
Los daños contra las familias aguascalentenses afortunadamente no pasaron a mayores, no hubo decesos, sólo daños económicos, lesiones que no se consideran de gravedad, y el impacto psicológico.
