«Hemos tratado de advertirles por muchas décadas, nos dirigimos a una catástrofe. Y estamos siendo ignorados»
El arranque de la rebelión científica
Peter Kalmus es un investigador del laboratorio de propulsión de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, o sea, la NASA, y también es uno de los líderes en la recientemente llamada «rebelión científica», en la que alrededor de mil científicos en 26 países tomaron el riesgo de ser arrestados para hacer un último grito de advertencia al mundo entero y principalmente a las cúpulas de poder que continúan financiando el uso de combustibles fósiles, que ya no poco a poco, si no que a una velocidad más que preocupante, están acortando la vida en el planeta Tierra; aunque incluso más allá de eso, Kalmus puntualiza en que no tenemos 5, 10 o 15 años para detener las consecuencias del cambio climático, si no que este ya está aquí y está afectando desmedidamente a personas y áreas vulnerables alrededor del mundo.
Particularmente la protesta de Kalmus y sus colegas se dio el pasado 6 de abril en Los Ángeles y en contra de la inacción del gobierno de los Estados Unidos ante la urgente detención y reversión de los efectos de la actividad industrial, además del aumento en los gases del efecto invernadero y la sobreexplotación de recursos, todo derivado principalmente de la actividad de las grandes industrias y los combustibles fósiles.
La rebelión científica comenzó con un encadenamiento de Kalmus y un grupo de científicos a la entrada de una sucursal del banco Chase, uno de los principales proveedores de financiamiento a proyectos que utilizan combustibles fósiles. Y es que no es para menos, según el informe de Bancos en el Caos Climático, en tan solo 5 años (del 2016 al 2021), la institución financiera otorgó 382 millones de dólares a estos proyectos.
En este momento, Peter y sus colegas se encuentran en libertad y su lucha sigue en pie, pero para el momento de la protesta, se tuvo la presencia de al menos 100 elementos antidisturbios del Departamento de Policía de Los Ángeles, 50 patrullas y 2 camiones de bomberos, todo para detener el actuar de 3 científicos y 1 ingeniero no violentos que están desesperados y suplican por una Tierra habitable; esto es lo que Kalmus escribió después de su puesta en libertad.
¿Qué debemos y podemos hacer?
Hace pocas horas, él mismo enumera los principales objetivos y que resultan en urgencia para la rebelión científica.
1. Acabar con la industria de los combustibles fósiles.
2. Acabar con la industria de la carne vacuna.
3. Desarrollar energías renovables con intensidad de «tiempo de guerra».
4. Reducir el uso general de energía.
5. Cambiar el objetivo del sistema económico de enriquecer a los ricos a prosperar para todos, humanos y no humanos.
No hay duda de que es una labor honorable y sobre todo, necesaria la de Peter Kalmus y todos los científicos alrededor del mundo por hacerse escuchar por cualquier medio disponible ante los líderes mundiales con la capacidad de poner un freno real a esta crisis global. Sin embargo, esto no se detiene con los hombres y mujeres en bata, pues como ellos mismo dicen, necesitamos mil millones de activistas, y todos podemos formar parte de esta revolución científica.
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