
Las redes sociales, especialmente Facebook, que es la red que más abonados tiene en México y en estas tierras, se han vuelto el campo de batalla, ahora limitado a la disputa-que eso es- entre los dos precandidatos panistas, Antonio Martín del Campo y Tere Jiménez, cuya presencia se vuelve permanente y hasta molesta, pues suponemos que pocos de los que navegan en dichas redes lo hacen para ver quién traga más pinole.
Más de lo mismo, pero multiplicado: encuestas que supuestamente dan el triunfo a una o al otro y las consabidas descalificaciones y acusaciones.
Gana por goleada la ex alcaldesa en esto de las encuestas, donde se le atribuyen ventajas amplias, aunque peor parada sale en lo de los presuntos actos de corrupción, aunque los patrocinadores de las publicaciones que soportan los cibernautas no deben ser mucho de fiar, pues se trata de portales desconocidos y podemos sospechar ya que en esta guerra sucia se esté usando el llamado ‘tráfico no humano’, con el uso de los famosos bots, para inflar el tráfico de alguna publicación o para reproducir opiniones que salen de laboratorios informáticos.
El asunto aquí es que en estas campañas se ve dinero, mucho, que alguien debe estar gastando a carretadas, lo que seguramente no es reportado a la autoridad electoral que, agobiada por el acoso presidencial y el recorte de su presupuesto, debe estar imposibilitada para indagar el origen de ese dinero y, mucho más, para identificar a las fuentes.
Es obvio cuál de los dos precandidatos está gastando más dinero, pues basta abrir las redes para corroborarlo, y queremos suponer que algo debe de haber de oscuro en este asunto, donde no sabemos si habrá denuncias y posteriores impugnaciones, por aquello de claros actos adelantados de campaña, aunque en estos tiempos de acoso al INE y al Poder Judicial, tampoco es que las autoridades electorales o el tribunal electoral ofrezcan muchas garantías, ya sea por falta de interés, por falta de recursos y personal, o porque esto de nuestra democracia ya de plano será en lo sucesivo un asunto de hechos consumados.