No me defiendas, compadre

Hay causas pérdidas que cuentan con prensa noble, pero así como se dice que nunca hay que hacer cosas buenas que parezcan malas, la misma lógica funciona de manera inversa, y es riesgoso hacer cosas malas que son, solo en paciencia, buenas, pues los remedios que se sustentan en las meras buenas intenciones suelen carecer de perspectiva y por el lado ciego es que se cuelan las malas consecuencias.

Pasa, por ejemplo, en esos programas sociales con los que se propone combatir la pobreza, que simulan desde abajo ese experimento social, ya fallido allí donde se probó, de dar una renta básica a los que menos tienen, lo que en el papel rezuma nobleza, pero que destina ingentes fondos a programas no productivos y terminan generando más pobreza, pues, lamentablemente así es, la única manera efectiva de combatir las desigualdades es generar recursos y luego sentar las bases de los sistemas de bienestar.

No lo tiene claro el presidente, quien tiene fe ciega en el poder de las intenciones buenas, pero carece por completo de destrezas respecto al manejo de una economía compleja, como queda demostrado con los datos que señalan, con certeza, que la política económica de su autoría, que carece de cualquier sustento, que la clase media se adelgaza, que crece el número de pobres y que aumenta también el número de personas que en este país vive incluso debajo del umbral de la miseria.

En ese tenor AMLO propone un nuevo aumento al salario mínimo que, efectivamente ha crecido sustancialmente en su administración, sin que ello signifique en lo más mínimo que haya mejorado el poder adquisitivo de los asalariados que, como se sabe, se encuentran cada vez ante un mayor grado de vulnerabilidad.

Todo esto en una circunstancia en que, justo por la torpeza con que se maneja la economía mexicana, estamos inmersos en una espiral inflacionaria, la más grave en tres décadas que hace que los precios de la canasta básica se gastan incrementado un promedio de 6.8 por ciento y que al final la inflación se estime en más de 7 por ciento al cerrar este año, lo que hace que pensar en aumentos de salarios solo va a alimentar la ola alcista, lo que no ayudará en lo absoluto a los que siguen dependiendo de los salarios mínimos, o menos que eso, que son mayoría en México, y que son a los que el mandatario dice estar defendiendo.

Ya lo dijo Tintán: no me defiendas compadre.

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