Ahora rezan sus habitantes, nada les queda ya

* Con cadenas de oración piden a sus santos que les devuelva la paz

Lo único que les queda es rezar; los policías y las patrullas ya no les alcanzan, los uniformados que no han desistido de su actividad, simplemente evaden los recorridos de inspección por temor a ser alcanzados por las células delictivas que mantienen “secuestrada” aquella zona, entre los límites de Zacatecas y Aguascalientes.

En Guadalupe de Atlas, como en otras comunidades limítrofes ya no se vive como antes, ahora todos sus habitantes deben estar adentro de sus hogares antes de que caiga la noche y después de las nueve ya es un reto al destino si deciden salir de sus casas, aquellas cuyas puertas en años anteriores permanecían abiertas de par en par para que los transeúntes admiraran las plantas de los zaguanes .

Ya ni los policías, ni las patrullas, ni los “toques de queda” les protegen, lo único que les queda como comunidad en territorio de riesgo por la delincuencia es rezar, apelar a sus creencias y a sus santos para que los libre de la muerte, del mal y del infierno que se ha desatado en los límites de dos estados, Aguascalientes y Zacatecas, aquellos que algún día fueron tierras buenas, turísticas y tranquilas.

Así, desde redes sociales los habitantes de las comunidades en “zona de guerra entre cárteles” se suman en oración para que regrese la paz a sus lugares de origen, las cadenas religiosas entre grupos de mensajería instantánea y redes, son el pan de cada día, por ese medio se suman en creencias, se informan y también se mal informan, pues no falta aquel que alerte de balaceras aquí, enfrentamientos allá, levantones “acullá”, rumores solamente, pero de esos rumores que hacen temblar.

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