
Ni con el formato actual de la Liga Mx, que premia la mediocridad y da pase a la segunda ronda, el mentado repechaje, pudo Necaxa clasificarse, al ubicarse, tras la última jornada de la competencia de fútbol de primera división en el lugar 14, es decir entre los cinco peores equipos del campeonato, compartiendo ese dudoso honor con Pachuca, Juárez, Querétaro y Tijuana, eliminados todos, junto con Mazatlán, en otro fracaso más de la oncena local.
La puntilla para los Rayos fue la golead del pasado sábado, en la vecina León, en que los esmeraldas golearon 3-0 a los de Aguascalientes, con el dato significativo de que los tres tantos de los leoneses fueron obra de Víctor Dávila, uno de los muchos jugadores que vistieron la playera rojiblanca y que, justo por ser buenos en lo suyo, fueron vendidos a la primera oportunidad.
Suponemos, pues no se sabe nada al respecto, que a los dueños del club les resulta rentable ese modelo de probar jugadores y vender al mejor postor a cualquiera que de muestras de tener cualidades técnicas para este deporte de la patada, lo que haría del club local un negocio lucrativo, pero que explica los reiterados fracasos en el plano deportivo, pues no es posible tener un equipo ganador cuando cualquier jugador destacado es luego traspasado, y luego sustituido por otros que suelen resultar de menor calidad, o que cuando se destacan son inmediatamente puestos en el mercado para su venta.
Nadie esperaba gran cosa de este equipo, pese a lo cual los aficionados siguen haciendo el esfuerzo por presentarse en el Victoria, ya acostumbrados a la circunstancia de saber que entre los contendientes de la Liga, los hay con posibilidades, favoritos, contendientes, o equipos de media tabla que buscan dar la sorpresa, sin que la oncena de casa pueda aspirar a nada.
No se entiende así la lógica que siguieron los actuales dueños, desvinculados por voluntad propia al club de su propiedad y a la ciudad en que tienen su sede, para comprar un equipo de fútbol, que muy pronto puede costarles una millonada, pues anulado el descenso del fútbol mexicano ce primera división, los equipos con conscientes más pobres serán castigados con multas de muchos millones de pesos, lo que hace poco atractivo mantener en propiedad clubes que dinero dejan poco y en lo deportivo se van volviendo sinónimo de fracaso, tal como pasa con el histórico y antes respetable Necaxa.
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