Se le ven las costuras

Como mal augurio para la democracia del país, el pasado mes de octubre Marko Cortés fue reelecto como dirigente nacional del PAN, lo que para muchos analistas debilita a ese partido y a la oposición, agrupada en bloque, de cara a los comicios locales de los próximos años y, finalmente, de cara a las presidenciales del 2024, en las que AMLO intentará fortalecer las bases de la restauración del viejo priísmo, el de antes de las reformas políticas, pasando la estafeta a un sucesor que venga de las filas de su proyecto, si es que existe alguno.

Al panismo nacional, lo mismo qué pasa en tantas entidades, se le ven las costuras, pues mientras pierde peso entre el electorado, su dirigente se empeña en anteponer sus intereses y los de su grupo, prolongando en el tiempo lo que su afín Ricardo Anaya perpetró para ganarse la candidatura presidencial hace tres años y facilitar, como se entiende ahora, la victoria de AMLO quien no tuvo que dividir, lo que el grupo Anaya-Cortés-Zepeda ya había debilitado.

De esa debilidad habló ayer mismo el dirigente panista quien reconoció, en el ya famoso audio divulgado ayer, que en las seis votaciones para elegir gobernador en igual número de entidades que se celebrarán en el 2024, Acción Nacional apenas tiene oportunidades de triunfo en una, justamente en Aguascalientes donde, a la voz de voy derecho y no me quito, quiere imponer la candidatura de Tere Jiménez, so riesgo de con ello dividir a los panistas y sus simpatizantes locales y dejar a su partido como el perro de las seis tortas.

Su declaración cayó como un una cubeta de agua helada en la espalda, entre muchos panistas, ya críticos con su liderazgo, tal el caso del senador chihuahuense Gustavo Madero.

Madero, quien le reclamó ceder el paso y rectificar, por el bien del panismo y de la democracia mexicana, fue una de las víctimas de las maniobras de Anaya, Damián Zepeda y el hoy dirigente del CEN del PAN, ya había chocado en un par de ocasiones con su antiguo pupilo, la anterior tras la deplorable actuación de los senadores panistas que invitaron al Senado a los neofranquistas del partido español VOX.

Se unió a los reclamos a Marko, que ve en Aguascalientes, donde dicen que tiene intereses y no solo políticos, su tabla de salvación, el gobernador queretano Francisco Domínguez, quien también demandó silencio, mejor, del dirigente, al que llamó derrotista.

Mientras tanto aquí el panismo ve expectante qué es lo que pasará tras la renovación de la dirigencia estatal blanquiazul y cómo se dirime la carrera, dispareja por lo irregular de las vías respectivas, entre la ex alcaldesa Jiménez y el senador Martín del Campo, mientras, lo contábamos ayer, en MORENA algunos se relamen los bigotes.

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